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ENTREVISTA DIARIO “LA NACIÓN” – 28 DE ENERO 2021

Tuvo una crisis profunda y con la ayuda del Eneagrama dio un vuelco a su vida

Alejandro Gorenstein

“Estábamos totalmente endeudados, no teníamos un peso para comer, mi sueldo estaba tapado por créditos y deudas, estábamos mal en el matrimonio, mi marido tenía un negocio que cada vez iba peor y teníamos que cerrarlo. Yo ya no estaba feliz en mi trabajo, pero tenía que sostenerlo porque era el ingreso que nos mantenía.

Mi marido estaba angustiado y deprimido y yo tenía que estar fuerte para mis hijos, pero en realidad estaba destruida por dentro. Y la gota que rebalsó el vaso fue cuando me encontraron un tumor (que finalmente fue benigno) que me llevó a una operación en la que luego tuve que hacer reposo. Y ese parar obligado fue lo que me cambió la vida, me llevó a revisar y a empezar a ver lo que hasta ese momento nunca había visto”.

A los 42 años Bárbara Itzkoff (47) se dio cuenta que la vida le estaba avisando de “infinitas” maneras que tenía que hacer un cambio ya que de esa forma no podía seguir.

La vida en modo “automático”

Durante 24 años Bárbara trabajó en relación de dependencia y los últimos 20 en el mismo lugar donde, cuenta, hubo de todo: épocas muy felices y otras difíciles. Se desempeñó en una gran empresa de consumo masivo negociando con grandes proveedores. “Ponerme de acuerdo con los proveedores y encontrar el punto en que el negocio era beneficioso para ambas partes era mi especialidad. Pero en realidad, nunca me había cuestionado si ese trabajo era o no lo que yo quería, si me apasionaba o no. En mi vida, había hecho ´todo lo que había que hacer´: elegí una carrera que en ese momento era la que se suponía me iba a dar una salida laboral, estudié, me recibí, conseguí un buen trabajo. Sin embargo, nunca me había cuestionado si yo podía elegir o querer otra cosa de mi vida, hice todo lo que había que hacer en un modo automático”.

A los 42 años Bárbara Itzkoff (47) se dio cuenta que la vida le estaba avisando de “infinitas” maneras que tenía que hacer un cambio ya que de esa forma no podía seguir.
A los 42 años Bárbara Itzkoff (47) se dio cuenta que la vida le estaba avisando de “infinitas” maneras que tenía que hacer un cambio ya que de esa forma no podía seguir.

Una mañana de enero del 2017, en medio de su crisis, Bárbara se trasladaba hacia su trabajo y cuando bajó del colectivo se puso a pensar en que, evidentemente, tenía que haber algo más para ella, algo que la sacara de la rutina y, especialmente, la alejara de ese presente que no la hacía feliz. “No puede ser que la vida sea solamente pagar cuentas, pelearse, enfermarse, trabajar, tiene que haber algo más. Y ahí empezó mi búsqueda”, recuerda.

Certeza e intuición

Durante un año Bárbara se dedicó, en su tiempo libre, a observar videos sobre desarrollo personal y autoconocimiento. Y casi sin querer, comenzó a seguir a una coach española y le llamó la atención una entrevista en la que, por primera vez, escuchó una palabra que cambiaría su vida: Eneagrama.

El Eneagrama es una sabiduría ancestral de autoconocimiento y desarrollo personal, un método de abordaje del interior de las personas. Ayuda a encontrar la esencia de cada persona, sus dones, talentos y miedos,. Pero también muestra cómo uno se relaciona con los demás, cómo toma sus decisiones. Además, permite comprender los vínculos y a las personas de las que uno se rodea. Y muestra el camino para ser la mejor versión. Plantea que hay nueve tipos de personalidades (nueve eneatipos). Nueve formas de pensar, sentir y hacer. Nueve formas de percibir la vida.

“El Eneagrama me capturó y apasionó totalmente porque reúne coaching, psicología, relaciones, miedos, espiritualidad. Lo que más me impactó fue que nos permite conocernos profundamente de una manera muy clara, práctica y entretenida, que hace muy apasionante el viaje de encontrarse a uno mismo. Es un gran espejo y nos muestra nuestras cualidades, dones, talentos y también nuestra sombra, nuestro ego, de una forma tan clara que resulta muy reveladora. La información que nos trae no queda solo en la mente, no es solo intelectual, es sabiduría que nos impacta, nos transforma, llega hasta nuestra emoción, por eso tiene efecto y realmente es impactante”.

A través del Eneagrama, Bárbara descubrió la pasión y el sentido de su vida
A través del Eneagrama, Bárbara descubrió la pasión y el sentido de su vida

“Siento que volví a nacer”

Este descubrimiento, dice, fue compartido con su marido y con sus hijos porque la atravesó totalmente y no solamente influyó de manera positiva en su calidad de vida, sino también en la de su familia.

Una vez que Bárbara se puso a estudiar de lleno el Eneagrama, los cambios fueron en todos los ámbitos de su vida y logró entender el motivo de muchas de sus actitudes. “Entendí por qué me adaptaba a todo y seguía adelante sin cuestionarme nada, entendí por qué me costaba tanto hablar y exponerme, entendí por qué nunca había tenido ningún anhelo ni deseo, entendí por qué tuve tantos problemas con mi peso. Entender mi esencia me conectó con lo que realmente me interesaba, con mi energía, y con esa fuerza que yo ni creía que podía tener. Me mostró que sí había algo que me interesaba, que podía tener pasión. De hecho, para mí tengo dos fechas de nacimiento: mi fecha real (20/10/73) y cuando sentí que volví a nacer (06/01/2017)”, se emociona.

“Quería que la gente supiera que había una forma de vivir plenamente y en paz”

Luego de varios años de estudiar mucho y de seguir con su trabajo en relación de dependencia llegó un momento en que comenzó a sentir que su empleo no le dejaba tiempo para realizar lo que ella realmente quería hacer. Finalmente, renunció en septiembre de 2019.

Una vez que dejó el trabajo comenzó a armar su propio emprendimiento para dedicarse de lleno al Eneagrama. Para eso, cuenta, tuvo que aprender sobre el manejo de redes sociales y algo de oratoria, ya que nunca se había animado a hablar en público. “Quería expandir esta poderosa herramienta que había marcado un antes y un después en mi vida. Quería que toda la gente la conociera y que todos supieran que había una forma de vivir mejor, plenamente y en paz”.

Bárbara y el placer de pasar tiempo con su marido y sus dos hijos
Bárbara y el placer de pasar tiempo con su marido y sus dos hijos

En diciembre de 2019 empezó, de a poquito, a brindar sesiones individuales y talleres de Eneagrama. Originalmente las clases eran presenciales, pero a raíz de la pandemia tuvo que seguir en forma online.

“Me siento feliz, plena, aún maravillada, agradecida por el gran vuelco que dio mi vida. Me hace muy feliz ver el impacto que está produciendo en las personas, ver clase a clase los cambios, las revelaciones, cómo se van encontrando, los testimonios, los cambios, las transformaciones de las personas que van encontrando el sentido a tantas cosas. Amo lo que hago, siento una pasión y una energía que nunca antes había sentido ni me imaginé que podía tener, y creo que eso es lo que logro transmitir en cada clase y en cada sesión”.

Bárbara confiesa que hace un año y unos meses soñaba tener esta vida que lleva actualmente en la que todos los días se levanta temprano, desayuna tranquila, escribe las publicaciones en su Instagram (@pasionexpansion) y medita para luego dar sesiones individuales y cursos por las tardes. “Tener tiempo libre para estudiar, estar un rato al sol, estar con mi familia, poder elegir estar con mis hijos, cenar tranquilos los cuatro, estar en mi casa. Es la vida que yo anhelaba cuando decidí dejar mi trabajo, y es tal cual como la estoy viviendo. Estoy muy feliz, cada día agradezco a Dios la posibilidad que me dio de hacer lo que amo, vivir de lo que amo, impactar en la vida de tantas personas y poder contagiar y expandir esto que a mí me hizo tanto bien”.